jueves, 23 de junio de 2011
Un culete independiente
Cada vez que Cesar Pompeyo se portaba mal, su mamá le daba un par de azotes en el culete regordete. Y cada vez que su mamá decía “ ¡me tienes harta! “, Ya era seguro que le iba a dar un par de azotes en el culete regordete.
Hasta que un día el culete le dijo a César Pompeyo - Pórtate bien, César Pompeyo, que siempre me toca a mí recibir los azotes... Pero César Pompeyo siguió portándose mal. ¿Y qué hizo su mamá? Pues le dio un par de azotes en el culete regordete.
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