
Este cuento tan gracioso, trata de unos ratones que le quieren poner un cascabel al gato para saber cuándo viene, pero lo malo es que no saben cómo. Entonces a Tin y a Tina se les ocurre encargarle a la pastelera Sofía un ratón de chocolate y meterle en la barriga un cascabel. Y eso hicieron. Y cuando le dieron el ratón de chocolate lo pusieron en medio de la sala, y el gato al olerlo se lo comió y se tragó el cascabel. Y se puso furioso al darse cuenta.
Si queréis saber más, leéroslo.
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