jueves, 3 de noviembre de 2011
Geronimo Stilton. ¡Menudo canguelo en el Kilimanjaro!
Era una fría tarde de Octubre. Hacía mucho fría en Ratonia. Por la tarde, Geronimo cerró su oficina y se fue a su casa. Cuando llegó a su casa exclamó: ¡Qué rico calorcito!.
Fue a abrir su frigorífico y cogió unos quesos y un buen café. Después se fue a su cuarto para terminar un puzzle que le había llevado 6 meses y sólo le faltaba una pieza. Cuando puso la pieza, un roedor se puso encima de la mesa y tiró el puzzle. El extraño roedor era ¡Hiena!. Hiena le dijo a Geronimo que su hermana Tea le había dicho a Hiena que llevara a Geronimo a escalar el Kilimanjaro. Geronimo cogió el teléfono para llamar a su hermana Tea. El teléfono lo cogió su sobrino Benjamín que convenció a Geronimo para que lo escalara con Hiena.
Hiena llevó arrastrando a Geronimo a una tienda de deportes para que se comprara lo necesario para escalar el Kilimanjaro. Hiena le dijo a Geronimo que preparara un ataúd por si se moría subiendo al Kilimanjaro. Al día siguiente cogieron el avión Geronimo y Hiena, y se fueron a escalar el Kilimanjaro.
Si queréis saber más, el libro está en la biblioteca.
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