Ella y su amigo Nino estaban sentados en la oficina. Bueno, los dos no. Sólo estaba Nino porque Susana no podía parar de pegar zapatazos.
Nino le dijo que la casa no era de ladrillos como la de los tres cerditos.
Susana se quedó mirando como muy extrañada, diciendo que no sabía de qué hablaba.
En la clase de Nino había un payaso al que le gustaba mucho gastar bromas pesadas. Por eso intentan saber quién es el que le gasta bromas pesadas a Susana.
Si queréis saber el final, leéroslo y podréis saber quién es.
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