Era un jueves bastante tranquilo de junio. Geronimo se dirigía hacia su trabajo al Eco del Roedor en la calle del Tortellini, 13. Cuando llegó a su despacho, se sentó y justo entró su gran amigo Rataldo Rock, un buenísimo y magnífico atleta que siempre GANABA en todos los maratones que participaba. Rataldo, sin ningún temor, le dijo a Geronimo que lo había apuntado al ¡maratón más loco!. Rataldo recomendó que empezara a entrenar cuanto antes mejor, ya que un maratón era bastante serio y la gente acababa molida.
Geronimo empezó a entrenar, se puso a correr como un loco, levantó pesas, hizo natación y también jugó al fútbol.... Por fin llegó el día del ¡maratón más loco!.Geronimo y Rataldo cogieron un avión para llegar a la ciudad en donde se iba a celebrar el grandioso maratón. La carrera empezaba en un gran puente en el que se había formado un pelotón de gente. Cuando comenzó, 32.000 ratones empezaron a correr. Geronimo no estaba cansado pero..... Si queréis saber lo que pasa, leéroslo.
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