jueves, 12 de abril de 2012

Geronimo Stilton. El extraño caso del volcán apestoso

Un día Geronimo Stilton llevó a su sobrinito Benjamín a tomar un helado porque el calor que hacía no era normal. Del calor que hacía se podía freír un huevo frito en la acera. Geronimo, cuando salió de su casa para recoger a Benjamín, se estaba quemando las patas porque quemaba más que el sol. En la heladería de la ciudad no cabía ni un alfiler, pero Geronimo fue astuto y rápido al pedir los helados para sentarse en una mesa (que era la única que estaba libre). Cuando se sentaron Geronimo oyó una voz. Al cabo de un rato volvió a oír esa misma voz y ya se desesperó porque no sabía de dónde venía. Pegó un grito y del susto, el que estaba dentro de una nevera que tenía al lado, se pegó un golpe en la cabeza....

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