Geronimo Stilton. ¡Agarraos los bigotes ... que llega Ratigoni!!

Era una calurosa mañana de julio, y Geronimo se dirigía al bar de las cuatro esquinas a desayunar. Como siempre Geronimo iba al kiosco a comprar el periódico del Eco del Roedor, que era su periódico. Cuando llegó al kiosco le dijo al kiosquero que le diera un ejemplar del Eco del Roedor. El kiosquero estaba avergonzado y le dijo que no había. Geronimo preguntó ¿cómo que no hay? y el del kiosco dijo: -Es que un tipo que sólo tenía un ojo y que era del ¡Grito de la Rata de Alcantarilla! ha venido y hemos hecho negocios y todos tus periódicos los ha tirado a la basura. En el periódico del ¡Grito de la Rata de Alcantarilla! pone que El Eco del Roedor está al borde de la quiebra. Geronimo se tuvo que presentar a un concurso para salvar el Eco del Roedor. ¿Qué pasará? Si queréis saber lo que pasa, leeros el libro. Está en la biblioteca del colegio :)

¿Quién es Geronimo Stilton?

¿A veces no os preguntáis quién es Geronimo Stilton? Pues os lo voy a decir para que lo sepáis. Geronimo Stilton es un tipo un poco distraído, con la cabeza en las nubes...Él es el director del periódico (El Eco del Roedor). Pero su verdadera pasión es escribir. En todos los libros de Geronimo hay muchas aventuras, aunque ya lo sabréis si os habéis leído algún libro. Tiene una familia muy divertida. Está su hermana Tea, su primo Trampita, su sobrino Benjamín, y más familiares que salen en distintos libros.

Geronimo Stilton. El misterioso manuscrito de Nostrarratus

La secretaria de Geronimo dice que deben ir a la Feria del Libro por si vendían algún que otro ejemplar. Él aceptó, después de convencerle. Primero se montaron en autobús. El conductor era el tío de Pinky. El viaje fue una desgracia, no sé cómo no se llegaron a matar.
Por fin llegaron y ¿a que no sabéis lo que pasa después?

PUES LEEDLO

Geronimo Stilton. UN DISPARATADO VIAJE A RATIKISTÁN

Ese día, Geronimo iba para su oficina contento, cuando él se encontró a su abuelo en su mesa. Él no sabía qué hacía, y es que quería imprimir tres millones de ejemplares. Él no se explicaba para qué los quería y qué iba a hacer. Por mucho que Geronimo se lo preguntaba, él más le ignoraba.

¿Qué querrá hacer el abuelo?
Leed, leed