viernes, 4 de noviembre de 2011
Blancanieves y los siete enanitos.
En un país muy lejano vivía una niña llamada Blancanieves con su madrastra. La madrastra tenía un espejo mágico y todos los días se miraba en el, y le preguntaba: -¿Quién es la más bella de todas la mujeres? Y el espejo le contestaba: - Tú eres las más bella.
Un día la madrastra se volvió a mirar, y el espejo dijo: - Blancanieves es la más bella. La reina, mandó al cazador a que matara a Blancanieves, y que le trajera su corazón. El cazador la dejó libre, y a la reina le llevó el corazón de un jabalí. Blancanieves se escondió en una casa del bosque. Cuando entró, había una mesita, con unos platos muy pequeños y unos cubiertos muy pequeños. Blancanieves subió a la habitación y había siete diminutas camas. Se tumbó en ellas y se durmió. Luego llegaron los enanitos que venían de trabajar de la mina. Cuando la vieron se quedaron muy asombrados, y Blancanieves le contó su triste historia. Entonces los enanitos le dijeron que se podía quedar y se quedó. La madrastra volvió a preguntar al espejo y el espejo le contestó que Blancanieves era la más bella. El espejo le dijo que se escondía en la casa de los enanitos, y la madrastra se disfrazó de anciana y fue al bosque a la casa de los enanitos. La malvada madrastra llegó a la casa de los enanitos y le dijo a Blancanieves que si quería una manzana y Blancanieves la aceptó. La manzana estaba envenenada y la pobre niña se desmayó. Los enanitos, cuando llegaron y la vieron, lloraron mucho. Al cabo de un tiempo, pasaba por allí un príncipe y vio a Blancanieves. Al verla se enamoró de ella. Le dió un beso y Blancanieves se despertó. Se casaron y fueron muy felices.
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