Era un día normal. Geronimo estaba bebiendo un café cuando, de repente, alguien le echó un café encima. Geronimo, dispuesto a empezar a gritar, se dio la vuelta y vio a una ratoncita preciosa, elegante y con un vestido rojo. Ella le pidió perdón. Por si fuera poco tener la ropa manchada, tropezó y antes de llegar al trabajo tuvo varios... accidentes.Al llegar a la oficina, su hermana Tea estaba súper cabreada, pues había tardado en llegar 3 horas. Él, como si nada, estaba tan tranquilo y al rato Tea se dio cuenta de lo que le pasaba a Geronimo.... ¡estaba enamorado!. Cuando empezó a leer el periódico, vio una foto de su querida amada. Resulta que se llamaba Provoleta.
Por la noche fue al hotel en donde se encontraba Provoleta hasta que salió, pero entonces llegó un coche en el que ella se montó y se fue. Geronimo estaba destrozado, ella estaba con otro...
No había quien le levantara el ánimo, pero a Tea y a su primo Trampita se les ocurrió la idea de ir a encontrar la octava maravilla....
¿Queréis saber si la encuentran? Pues leéroslo. Está en la biblioteca
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